Análisis de literatura infantil

Os presento este precioso libro de texto sencillo y bonitas ilustraciones que he elegido por su sutileza y belleza a la hora de tratar un tema tan difícil como la muerte. Me parece un libro de referencia cuando un niño tiene que despedirse por este motivo de un familiar (abuelo, bisabuela…) o de cualquier ser amado. Es un libro respetuoso que ayuda a integrar la muerte como parte de la vida y que traza un camino para poder aceptar la pérdida con amor. 

Título: El árbol de los recuerdos

Autor: Britta Teckentrup
Ilustrador: Britta Teckentrup
Editorial: NubeOcho Ediciones
                Pepa Montano Editora
                Orchard Books (“The memory tree”)

Fecha de la primera edición: Octubre 2013
Curso en el que me baso para hacer este análisis: 2º EP

Formato

“El árbol de los recuerdos” muestra en su portada de tapa dura un árbol con un zorro, que son los conectores del cuento. Su texto está acompañado de bonitas ilustraciones, sencillas pero con suficiente detalle, es un libro manejable y bello a la vez.

La técnica de las ilustraciones recuerda a la estampación y todo el libro transmite armonía, desde la selección hecha de los colores, hasta el texto no sobrecargado y acompañado de imágenes, incluidos los espacios en blanco que simulan la nieve en varias de las ilustraciones.

El formato me parece adecuado para niños de 7 y 8 años (2º EP) pues es un libro que, por su extensión y por el tamaño de los dibujos, puede leerse en clase para todo el grupo, puede leerlo el adulto con un niño, o pueden leerlo ellos mismos de forma individual. El texto es claro, con letra suficientemente grande y acompañado siempre de imágenes.

Las ilustraciones, basadas en elementos del bosque y en animales son sencillas pero no infantiles ni abstractas, por eso me parecen adecuadas para esta edad. La forma de contar la historia a través de los animales del bosque que hablan es atractiva y cercana para esta edad (antropomorfismo).

Contenido

El cuento narra la muerte de un zorro y cómo se van acercando al lugar otros animales del bosque para darle su último adiós. Después de un largo rato de silencio poco a poco empiezan a hablar, cada uno de ellos recordando cosas de su amigo el zorro que les hace sonreír. Mientras hablan, una pequeña planta va creciendo en el lugar donde estaba tumbado el zorro y con sus bellos recuerdos va cogiendo fuerza hasta convertirse en un árbol tan grande y fuerte que puede acoger a todos los animales.
El tema principal es la muerte y cómo integrarlo en la vida, pero existen otros temas secundarios como son:

-        El sentimiento de pertenecer cada uno de nosotros a algo más grande (como cada uno de los animales pertenece y forma parte del bosque)

-        El saber valorar la individualidad y singularidad de cada uno, el valor de las cosas sencillas y de los buenos y pequeños actos cotidianos

-        El valor de la comunicación, de compartir no sólo lo bueno sino también el dolor y poder expresar toda la gama de sentimientos, incluida la tristeza, y poder así apoyarnos los unos a los otros

-        La resilencia, el ser capaz de resistir y salir adelante pese a los contratiempos de la vida, el tener recursos para no quedarnos atrapados en lo que nos hace sentir mal y tener capacidad para seguir a pesar de ello, más aún poder transformarlo en algo positivo

-        El ser agradecidos y hacer un lugar en el corazón a aquellos con los que compartimos la vida

-        La comprensión del ciclo de la vida, es decir que unos mueren pero otros nacen

-        Incluye así mismo de forma implícita una visión trascendente del ser que va más allá de la inmediatez de los hechos y de lo corporal. De este modo, sin negar lo propio del hecho de morir, abre una ventana que permite dar continuidad al amor que se siente por los seres con los que compartimos la vida aunque hayan partido.

El tema de la muerte me parece pertinente pues en estas edades los niños se enfrentan con miedos diversos incluido éste. No es raro que se muera alguien cercano como el abuelito de algún niño y es un tema que los adultos no siempre sabemos cómo tratar y explicar. Con frecuencia se les aleja de todo lo que tenga que ver con la muerte y se obvian sus inquietudes y sentimientos, dejándoles a merced de sus miedos y fantasía.

El tema me parece que está bien tratado. En primer lugar porque es un enfoque realista, no negador, que acerca a los niños al tema con sutileza y evita generar miedos.

También porque respeta conceptos clave de la misma: La universalidad (todos los seres vivos mueren); la irreversibilidad; al morir se terminan todas las funciones vitales (el cuerpo ya no funciona); y hay un porqué (una causa física que propicia la muerte). Quizás este último sea el único aspecto  que queda menos claro en el cuento. 

El tratamiento me parece adecuado para niños de 7-8 años pues a esta edad saben ya que la muerte es irreversible, comprenden ya la diferencia entre vida y muerte en términos biológicos, pueden vivir con culpa la muerte de algún familiar o pensar que sus sentimientos aún tienen algo que ver, se preocupan de que sus familiares cercanos puedan morir. Por ello la forma positiva en que es tratada por el libro me parece perfecta para hacer frente a estos miedos sin negar la realidad y también para alejar falsas creencias.

En lo referido al tema de hablar de la muerte a los niños, la bibliografía que he consultado es: “Explícame qué ha pasado” Guía para ayudar a los adultos a hablar de la muerte y el duelo con los niños. Fundación Mario Losantos del Campo.

De los temas secundarios, los que me parecen más pertinentes para esta edad son: el sentimiento de pertenencia, todo lo que tiene que ver con las relaciones sociales (compartir, expresar, agradecer, disfrutar de la compañía de los demás, poder reconocer y quedarnos con lo bueno que vemos en los demás…) y el reconocer la propia singularidad e individualidad de cada uno.

Según Erikson, el periodo comprendido entre los 6 años y la pubertad se caracteriza por la ampliación de las relaciones sociales. El grupo de iguales va ganando progresivamente importancia y supone un contexto especialmente interesante, sobre todo en el desarrollo de la amistad frente a la interacción física y momentánea de niños más pequeños.

A la edad de 7 años, han superado la perspectiva social egocéntrica (en la que se confunden las emociones básicas de los demás con la propia subjetividad). Se empieza a comprender que las personas pueden tener pensamientos y sentimientos distintos a los nuestros, pero aún no se pueden coordinar bien distintas perspectivas ni se puede ver uno mismo desde la perspectiva que de uno tienen los demás. En este sentido, me parece especialmente interesante de este cuento el hecho de que distintos animales recuerdan cosas diferentes de su amigo el zorro, recogiendo cada uno lo que para él ha sido importante y compartiéndolo con el resto. Así se va configurando una imagen que van completando entre todos. 

En esta edad es también muy importante el sentimiento de pertenencia al grupo que se fortalece al crear elementos comunes entre las personas que lo componen. Así, los animales del cuento forman parte del mismo bosque y sienten la marcha de su compañero pues es uno más y todos son importantes. También se fortalece ese sentimiento de pertenencia cuando los animales se sientan juntos en silencia ante su amigo, y cuando cada uno recuerda y comparte algo de lo que vivió con el zorro. Así también en la escuela se fortalece ese sentimiento de pertenencia cuando dejamos espacios para compartir y cuidamos los momentos importantes en nuestros alumnos.

La amistad en estas edades es fuente de seguridad afectiva, aunque su evolución es lenta, porque exige la capacidad progresiva de descentración y empatía. A los 7-8 aún está muy ligada a situaciones concretas, pero cada vez más basada en el otro como persona. En este sentido ayuda también el cuento resaltando los valores de su amigo o lo que significó para cada cual.

Estructura

El cuento tiene una secuencia lineal, y se estructura del siguiente modo:

-        En un primer momento se relata la muerte del zorro

-        Se van acercando los animales tristes a darle el último adiós

-        Los animales empiezan a recordar, a hablar y compartir

-        Mientras hablan nace una planta que se convierte en árbol

-        Descripción del árbol y conclusión

La secuencia clara y unidireccional es la adecuada para esta edad,  la trama es predecible pero el final sorprendente y feliz.

Protagonista

El protagonista del relato es el zorro, pero en este caso no me parece que los niños se identifiquen con él. No tanto por la descripción que de él hacen sino por el hecho de haberse muerto. En cambio sí se pueden identificar con las cosas que de él se cuentan pues son sencillas y algunas tienen que ver con juegos y cosas parecidas a las que los niños pueden recordar haber compartido con la persona de la que han tenido que despedirse si es el caso. Me parece perfecto para la edad el que los personajes del cuento sean animales (pensamiento animista). Los niños en este cuento pueden identificarse como uno de los animales o amigos que despide al zorro.

Los valores

Ya comentados cuando hablo de los temas secundarios (la amistad, el reconocimiento, el sentimiento de pertenencia, la comunicación, la resilencia…) todos ellos me parecen adecuados para esta edad. No tanto explicados en abstracto, pero sí tratados de forma implícita en un cuento como este.

Lenguaje

Sencillo, claro y tierno. Vocabulario y estructuras gramaticales adecuadas a la edad. Pausado, con frases no muy largas pero con suficiente complejidad para dar ritmo al cuento. Muy importantes los signos de puntuación.

Conclusión

Me parece un libro imprescindible para tener en clase, aunque no sería un libro que yo propondría de lectura ni que leería sin más. Más bien contaría con él por si surge la ocasión, si algún niño tiene que enfrentarse a la muerte de algún familiar y quiere contarlo en clase, o si expresan temor o preocupación ante este tema, por ejemplo si tienen miedo de que se vaya a morir alguien cercano.

El cuento me parece perfecto en este sentido pues da pie, como en la propia historia, a compartir sentimientos, recuerdos, generar buenos sentimientos, crear grupo, superar miedos, apoyarnos, superar la tristeza, hacer un lugar en nuestro corazón a lo que nos ha hecho sonreír y aceptar la muerte como parte de la vida.