Me ha encantado tu análisis del libro infantil, sobre todo, la temática que aborda y cómo se le puede presentar a los niños para que tengan recursos sobre cómo enfrentarse al duelo. He de admitir que se me ha escapado una lagrimilla. Me hubiese encantado conocer algo sobre la autora del libro como conocer qué experiencias la llevaron a escribir este libro infantil con estos personajes, cuál fue su trayectoria profesional o sobre qué temáticas suele escribir, pero, a parte de eso, creo que tratas los temas con mucha claridad. Otra cosa que tal vez podrías añadir para completar el análisis es alguna foto o comentario sobre la tipografía que se emplea y, en las conclusiones, el cómo lo abordarías en el aula.
Espero que te haya ayudado con el comentario. Enhorabuena por tu trabajo.
Muchas gracias por los comentarios y aportaciones.
Britta Teckentrup es una escritora e ilustradora nacida en Hamburgo, autora de más de 30 libros para niños traducidos a más de veinte idiomas. En español se han publicado los libros Uno como ninguno y El árbol de los recuerdos (Finalista del Premio del Gremio de Libreros de Madrid 2014).
Plantearía la lectura de este libro en el caso de que quisiera dar la oportunidad a un alumno de compartir con los demás algo importante que le ha pasado (como despedir a alguien cercano) y facilitar el que pueda expresarse, de modo que tanto los compañeros y profesor podamos apoyarle y hacerle llegar también nuestro apoyo y cariño. También da pie para que algunos de sus compañeros compartan si les pasó algo parecido en otro momento...
Antes sin duda lo hablaría con el alumno (me aseguraría de que quiere contarlo en clase...). Si es así trataría de crear un ambiente cercano, en asamblea sentados en círculo y cerca a ser posible. Daría la palabra al alumno para contar y le ayudaría si fuera necesario. Después animaría un diálogo preguntando a los demás si quieren compartir algo parecido y contar cómo lo vivieron o decirle algo a su compañero.
Leería el libro en clase para todos y después se puede abrir un debate conjunto sobre el tema que plantea el libro. También podemos construir un árbol imaginario a través de las intervenciones de distintos niños sobre cosas bonitas que recuerdan de personas que ya no están y lo que guardan en su corazón. Esto lo haríamos a través del lenguaje oral. Tambuén se puede proponer alguna actividad sencilla para ayudar a los demás alumnos a expresar apoyo (decir una palabra, escribir una pequeña nota para que se la lleve...).
Si el niño no quiere contarlo en clase siempre se le puede ofrecer el libro como lectura individual o recomendarlo para casa. Sería bonito poder hacer algo de plástica, un mural o librito como árbol de los recuerdos de la persona fallecida con fotos, dibujos, anécdotas... pero me parece más una actividad para trabajar en familia o de forma individual pues no todos los alumnos están pasando por eso y para ellos no tendría sentido la actividad. Por otro lado va más allá de la clase de literatura.
Estoy de acuerdo con Irene, me ha gustado mucho el análisis que has hecho del libro, creo que es bastante completo. Me ha encantado ver cuantos temas aborda (el sentimiento de pertenencia, el agradecimiento...) y la forma de explicarlos, la verdad es que es muy buen trabajo. Me ha generado dudas la forma de trabajarlo en el aula, puesto que si esperamos a que un alumno pierda a un ser querido para abordar el tema y trabajar sobre él, estaríamos dándole un uso paraliterario en vez de literario, ¿es así?. Si decidiésemos utilizarlo para trabajar el concepto de perder a un ser querido, sin que exista ningún caso en el aula, quizás esperaría a los 8-10 años (3º-4º de Primaria). Es cierto que a los 6-7 años los niños comprenden que la muerte es irreversible, pero me parece que es algo más tarde el momento en el que comprenden que es universal, es decir, que nos ocurre a todos. Por ello quizás podríamos aprovechar más el libro en cursos superiores.
Es solo una reflexión, enhorabuena por el trabajo!
Hola Dánae,
ResponderEliminarMe ha encantado tu análisis del libro infantil, sobre todo, la temática que aborda y cómo se le puede presentar a los niños para que tengan recursos sobre cómo enfrentarse al duelo. He de admitir que se me ha escapado una lagrimilla. Me hubiese encantado conocer algo sobre la autora del libro como conocer qué experiencias la llevaron a escribir este libro infantil con estos personajes, cuál fue su trayectoria profesional o sobre qué temáticas suele escribir, pero, a parte de eso, creo que tratas los temas con mucha claridad. Otra cosa que tal vez podrías añadir para completar el análisis es alguna foto o comentario sobre la tipografía que se emplea y, en las conclusiones, el cómo lo abordarías en el aula.
Espero que te haya ayudado con el comentario.
Enhorabuena por tu trabajo.
Coincido contigo, Irene. Buena observación.
EliminarMuchas gracias por los comentarios y aportaciones.
ResponderEliminarBritta Teckentrup es una escritora e ilustradora nacida en Hamburgo, autora de más de 30 libros para niños traducidos a más de veinte idiomas. En español se han publicado los libros Uno como ninguno y El árbol de los recuerdos (Finalista del Premio del Gremio de Libreros de Madrid 2014).
Plantearía la lectura de este libro en el caso de que quisiera dar la oportunidad a un alumno de compartir con los demás algo importante que le ha pasado (como despedir a alguien cercano) y facilitar el que pueda expresarse, de modo que tanto los compañeros y profesor podamos apoyarle y hacerle llegar también nuestro apoyo y cariño. También da pie para que algunos de sus compañeros compartan si les pasó algo parecido en otro momento...
ResponderEliminarAntes sin duda lo hablaría con el alumno (me aseguraría de que quiere contarlo en clase...). Si es así trataría de crear un ambiente cercano, en asamblea sentados en círculo y cerca a ser posible. Daría la palabra al alumno para contar y le ayudaría si fuera necesario. Después animaría un diálogo preguntando a los demás si quieren compartir algo parecido y contar cómo lo vivieron o decirle algo a su compañero.
Leería el libro en clase para todos y después se puede abrir un debate conjunto sobre el tema que plantea el libro. También podemos construir un árbol imaginario a través de las intervenciones de distintos niños sobre cosas bonitas que recuerdan de personas que ya no están y lo que guardan en su corazón. Esto lo haríamos a través del lenguaje oral. Tambuén se puede proponer alguna actividad sencilla para ayudar a los demás alumnos a expresar apoyo (decir una palabra, escribir una pequeña nota para que se la lleve...).
Si el niño no quiere contarlo en clase siempre se le puede ofrecer el libro como lectura individual o recomendarlo para casa. Sería bonito poder hacer algo de plástica, un mural o librito como árbol de los recuerdos de la persona fallecida con fotos, dibujos, anécdotas... pero me parece más una actividad para trabajar en familia o de forma individual pues no todos los alumnos están pasando por eso y para ellos no tendría sentido la actividad. Por otro lado va más allá de la clase de literatura.
Hola Dánae,
EliminarEstoy de acuerdo con Irene, me ha gustado mucho el análisis que has hecho del libro, creo que es bastante completo. Me ha encantado ver cuantos temas aborda (el sentimiento de pertenencia, el agradecimiento...) y la forma de explicarlos, la verdad es que es muy buen trabajo.
Me ha generado dudas la forma de trabajarlo en el aula, puesto que si esperamos a que un alumno pierda a un ser querido para abordar el tema y trabajar sobre él, estaríamos dándole un uso paraliterario en vez de literario, ¿es así?.
Si decidiésemos utilizarlo para trabajar el concepto de perder a un ser querido, sin que exista ningún caso en el aula, quizás esperaría a los 8-10 años (3º-4º de Primaria). Es cierto que a los 6-7 años los niños comprenden que la muerte es irreversible, pero me parece que es algo más tarde el momento en el que comprenden que es universal, es decir, que nos ocurre a todos. Por ello quizás podríamos aprovechar más el libro en cursos superiores.
Es solo una reflexión, enhorabuena por el trabajo!
Inés