martes, 8 de enero de 2019

Creación literaria

La creación literaria forma parte del aprendizaje de los niños de Primaria y como profesores debemos contar con herramientas suficientes para acometer esta tarea.

Cuando pidamos a los niños que escriban o redacten, es necesario especificar qué queremos que hagan ya sea un cuento, una descripción de algo, expresar sentimientos, contar lo que han hecho…) y además decir qué género queremos (prosa, poesía o teatro).

Además, debemos mostrarles un ejemplo, darles un modelo, por ejemplo de algo que haya escrito un niño de su edad o de algo que el mismo profesor haya escrito para la tarea propuesta. Por supuesto, habremos de tener en cuenta su edad y sus posibilidades en cuanto a vocabulario y estructuras gramaticales.

Les daremos un margen adecuado para elaborar los escritos, y les daremos herramientas para que poco a poco sus producciones tengan más calidad. Por ejemplo, podemos enseñarles a planificar lo que quieren decir haciendo un pequeño esquema, podemos mostrarles recursos literarios (metáforas, hipérboles, comparaciones…), proponerles dinámicas para crear.

Las correcciones que se hagan de los escritos no tendrán por objeto una calificación sino el que el alumno mejore sus escritos a medida que va trabajando.

Una vez que el alumno nos muestre lo que ha escrito, hacemos una primera corrección (ortografía, poner más verbos, estructura gramatical, explicar mejor…). Después le pedimos que lo pase a limpio y que haga un dibujo.

En nuestras clases dedicaremos 30 min a la semana a trabajar la producción literaria, y los alumnos leerán lo que han escrito en clase. 
En esta entrada voy a hacer tres propuestas de creación literaria para trabajar con niños
CREACIÓN DE PROSA

Esta actividad está planteada para el Tercer Ciclo de Primaria. Utilizaremos la técnica de “Varias perspectivas”, con la que se pretende contar la misma historia desde perspectivas diferentes según los personajes. 
Como estamos justo antes de las vacaciones de Navidad, les anticipo que a la vuelta tendrán que elegir algo que hayan vivido en las Navidades para contarlo por escrito. Puede haber sido un día especial por algún motivo, o quizás tuvieron una experiencia diferente, puede que les apetezca contar una anécdota o simplemente disfrutaron de un día bonito. 
Elegirán un día en el que para ellos fue Navidad, aunque la fecha no coincida con el 25 de diciembre. Lo titularán así: la fecha elegida, día de Navidad.
A continuación les muestro un ejemplo (lo que ellos escriban no tiene por qué ser tan largo ni tener tantas perspectivas):

18 de Diciembre, día de Navidad

Primera perspectiva: Lidia (8 años)
Es martes, 18 de Diciembre. Mamá nos recoge un poco antes del colegio porque vamos a cantar villancicos a los abuelos del asilo.  Vamos corriendo, mientras Ignacio, Miguel y yo merendamos. 
A mí me dan miedo los hospitales, espero que el asilo no sea como uno. No quiero ver sillas de ruedas, ni camillas, ni vendas en la cabeza, ni en la pierna, ni en ningún sitio.  Ni enfermos, claro está. Mamá me dice que no me preocupe, que ella va a estar todo el rato conmigo. 
Cuando llegamos nos juntamos al coro, aunque de niños sólo somos nosotros y Javier.
Virginia me dice:
-        Ya verás qué contentos se van a poner los ancianos, algunos están un poco malitos, pero no pasa nada.
Mamá no me sueltes…
Subimos en el ascensor (que también me da miedo) y cuando se abre la puerta no quiero salir. Hay una señora  sentada con los pies encima de una silla de ruedas sin zapatillas ni nada, la sala está llena de caras arrugadas que nos miran y yo me quiero ir. 
-        “Ande, ande, ande… la marimorena…”
Hay una señora que no deja de mirarme, alarga el brazo y me señala. Menos mal que mi madre se ha puesto en medio.
-        “Pero mira cómo beben los peces en el río…”
Mejor me pongo con Javier. La señora sigue señalándome y trata de decirle algo a mi madre, pero le pasa algo en la boca y no puede hablar. Yo prefiero mirar al papel de los villancicos.
-        “Ya vienen los Reyes, por el arenal, ya le traen al Niño…”
Mi madre se mueve, ¿es que quiere pasearse por la sala como las demás?
-        ¡¿Dónde vas?! Le grito mientras le tiro del brazo para que se quede quieta. 
Ahí está Ignacio cantando, Javier tocando la pandereta y…yo alucino, ¡ahora Miguel se ha puesto en medio de la sala a ver la tele!
-        ¡Mamá! ¡Mira Miguel!
Entonces veo a una señora entusiasmada y dando palmas, los ojos le brillan y parece querer bailar. Hay otra, con un collar de bolas rosas que también se las sabe todas. Un poco más allá dos abuelos… ¿qué es lo que pasa? Empiezan a levantar la voz… ¡pero si se están peleando!! Por lo visto la señora emocionada con las canciones se quería levantar.
-         ¡pues que se apoye en su andador! dice él enfadado porque le ha movido su silla. 

-         “Feliz Navidad, Feliz Navidad, Feliz Navidad prospero año y felicidad…”
Virginia está hablando con una abuela que se llama Manuela. Se sabe una nueva letra y nos la canta.
-        .“…asómate a la ventana, saca medio cuerpo fuera, luego saca el otro medio, verás que torta te pegas.  Pero mira cómo beben los peces…”
Ahora reímos todos ¡qué graciosa Manuela!! 
Ya nos vamos, y cuando estamos en el ascensor veo que Javier tiene unas chocolatinas ¿Quién se las ha dado? ¡Qué bien que las ha compartido!
-         “…desde el fondo del corazón. Feliz Navidad, Feliz Navidad, Feliz Navidad próspero año y felicidad”
Segunda perspectiva: Ignacio (8 años)
Hoy es martes, pero Miguel ha tenido que salir antes de música porque nos vamos al asilo. Vamos con los del coro, aunque no sé si vendrá el padre Chema.
Ya llegamos, hemos tenido que venir andando desde el colegio, bueno casi corriendo. Nos metemos en una cafetería enorme llena de ancianos, pero las del coro dicen que tenemos que cantar por las plantas. Sólo han venido unas madres, un chico que se llama Javier y que va en silla de ruedas, y nosotros.
Cuando llegamos a la sala yo me pongo al lado de una de las guitarras para cantar, me sé todas las canciones y me han dado un papel también con las letras así que lo leo mientras canto. Las del coro se pasean por la sala para acercarse a los ancianos, pero nosotros no, ni los niños ni la madre de Javier ni la mía. 
Los abuelos, me dan pena y me pongo triste.
¡Ala! Mi hermano se ha ido a ver la tele. Se ha puesto justo delante de un señor con unos pantalones que le llegan al sobaco, igual que como le pone el pijama papá a Miguel por las noches para hacerle reír.
-        Por favor, por favor… otra vez lo de  “La Virgen está lavaaaando…” dice una cuando ya nos vamos.
Ahora Virginia se está tronchando de risa, otra señora le está diciendo algo… todos escuchamos con atención. Se sabe otra letra del villancico… 
-        .“…asómate a la ventana, saca medio cuerpo fuera, luego saca el otro medio, verás que torta te pegas.  Pero mira cómo beben los peces…”
¡Qué bueno! Esta me la tengo que aprender y cantársela a mi abuelo. 
 Cuando nos vamos mi madre nos dice que seguro que el Niño Jesús hoy está muy contento con nosotros porque hemos estado acompañando a los ancianos. Nos pregunta que si no sentimos calorcito en el corazón. Pues la verdad es que sí.
Al principio estaba un poco… no sé, un poco… triste, pero ahora estoy muy contento. Le digo a mi madre que ha sido uno de los mejores días de mi vida. 
Tercera perspectiva: Miguel (4 años)
Mamá ha venido a buscarme ya, aunque no ha acabado la música.  ¿Hay merienda? ¿Mucha? ¿Qué has traído? Plátano, me gusta. ¡Bien! polvorón. 
Vamos por la calle, Ignacio se ha subido al muro. Yo también quiero. Se van corriendo.
-        Miguel, vamos, por favor date prisa que no llegamos
Mamá me dice que vamos a cantar villancicos a los abuelos, pero por aquí no es su casa. ¿Pero qué abuelos? Me dice que son otros.
-        Miguel, ya verás qué contentos se van a poner los “abueletes” cuando nos vean y cantemos los villancicos, dice mamá.
La de “Campana sobre campana” me la sé, y la de “Los peces en el río”. 
Estamos ya con los abuelos. Pues no conozco a ninguno. Todos miran. ¡Hay tanta gente! Mamá cantando. Yo… me voy a ver la tele. 
Subimos otra vez al ascensor, pero salimos y más “abueletes”. Mira, un belén, me voy a ver el belén. 
Mamá me llama para que vaya con ella a cantar. 
Me pica la cabeza, me pica la cabeza ¡es que me pica la cabeza!
¡Quiero agua! ¡Quiero agua! ¡Aguaaaa!
Intento ir a un baño pero mamá sale detrás y me dice que ahí no, que tengo que esperar. Me quiero ir.
¡Hay chocolatinas!! Qué bien, me dan. Quiero otra, qué rica. Voy a coger otra…
Cuando salimos mamá me dice que lo he hecho muy bien, que los abuelos se han puesto contentos porque hemos ido a cantar y que ella también está muy contenta. Me pregunta que si estaba asustado. Sí, creo que me daba un poquito de miedo…
¡Nos vamos a casa!

Cuarta perspectiva: mamá (yo misma)
Hoy tengo que recoger a los niños antes para ir al asilo. Mejor aparco abajo porque luego seguro que no hay sitio. Tendremos que bajar andando. ¡Madre mía con lo que tarda Miguel!
Me gusta poder hacer con mis hijos algo diferente en Navidad, aparte de comer y comprar, y que ellos tengan la oportunidad de conocer otras realidades. Cuando las del coro de la parroquia me comentaron que iban a cantar villancicos al asilo, no me lo pensé dos veces.
Aunque no sé si vendrán más niños, me temo que no. Espero que estén bien después de todo. Lidia ya está frunciendo el ceño, no le gustan mucho los ancianos y ahora empieza a decir que si no se parecerá a un hospital.
-¡Pero qué va, hija! ¡No tiene nada que ver!
Cuando al fin llegamos, con la lengua fuera, nos juntamos al coro. Sólo han venido cinco señoras y el hijo de una de ellas, Javier, que tiene una parálisis cerebral y va en una silla de ruedas con mesa. Todos nos saludan muy contentos y celebran nuestra llegada. 
Virginia se acerca cariñosa a los niños y dice:
-        Ya veréis qué contentos se van a poner los ancianos, algunos están un poco malitos, pero no pasa nada.
Pues empezamos bien…
En la cafetería hay bastantes abuelos, pero por lo visto el plan es ir planta por planta, así que nos subimos al ascensor y nos bajamos en la quinta. 
-        ¡Buenas tardes! ¡Venimos a cantar unos villancicos!, dice Virginia todo lo alto que puede y con una sonrisa muy grande cada vez que llegamos a una sala. 
Y empiezan a sonar las guitarras. 
-        “Ande, ande, ande… la marimorena…”
¡Qué impresión! Lo de la cafetería era una cosa pero lo de las plantas es otra.  Agarro fuerte a Lidia. Pues sí que había sillas de ruedas… 
Todos los ancianos están sentados en butacas del mismo color, al lado unos de otros pero sin hablar. Parece un parking de coches esperando para el desguace. Tengo ganas de llorar, sin embargo sonrío; Y canto, lo más alto que puedo, aunque a veces tengo que callar de la emoción. No dejo de acordarme de mi abuela, menos mal que al final no acabó en el asilo, creo que no hubiera podido soportarlo, ni yo tampoco. 
Nos miran, miran sobre todo a los niños. Algunos hasta alargan los brazos para tocarlos, como queriendo tomar prestada un poco de vida, tan abundante al lado de la escasa que se consume en sus cuerpos. Me pongo delante para que Lidia no se asuste.
Esa señora, intenta decirme algo… no le entiendo, no deja de señalar a Lidia. Lo siento, pero no puedo dejar que la toques… lo siento…De todos modos cada vez que va a hablar se le desencaja la mandíbula y no logra hacerse entender… 
-        “Pero mira cómo beben…”
Nunca hemos cantado tan bien, ¡para cuatro gatos que somos! Parece que un coro de ángeles nos acompaña esta tarde. Las de la guitarra van paseándose por toda la sala acercándose a los ancianos y por un momento me vengo arriba y doy un paso. 
-        ¡¿Adónde vas?! Me dice Lidia mientras me agarra
-        A ningún sitio, hija
Mis niños… no sé si he hecho bien en traerles. Lidia tiene miedo. Ignacio no necesita estar a mi lado, pero está tan serio y concentrado que parece que está dando un concierto en el auditorio nacional. 
Y Miguel… ¡anda! Se ha puesto en medio de la sala, qué raro… ¿adónde va? La tele, claro….
Ahora se pone a jugar con el belén, me parece que no quiere mirar…Se rasca la cabeza nervioso y se sienta enfurruscado… está asustado…
¡¡Que se va!! ¡No, no! ¡A ese baño (tan sucio) no!
Algunos ancianos dan palmas, se les ilumina la mirada, parecen recordar tiempos mejores… ¡se muestran tan agradecidos! claro que hay quien sigue con la mirada perdida, y algunos no sonríen ni por casualidad, la fiesta no va con ellos.
Ahora otra señora en silla de ruedas se acerca a Javier y está empeñada en hacerle la señal de la cruz en la frente. Entonces sus sillas quedan enganchadas y, cuando quiere irse, la de Javier va detrás ¡parece que están bailando un vals!
Virginia se ríe a carcajadas
-        ¿Cómo se llama usted?, le pregunta Virginia a una señora
-        ¿No se acuerda? Insiste Virginia
La señora contesta muy bajito, casi no le oímos
-        ¡Ah! sí, sí, ¡Manuela!! ¡Se llama Manuela! Dice Virginia y repite la letra del villancico que se sabe la señora
Bien, Ignacio al fin se ríe, Lidia también. De hecho se parten de risa.
¡Cuántas emociones en tan sólo una hora! Antes de marchar nos hacemos una foto de recuerdo junto al árbol, y nos vamos de allí con una sonrisa, y con las chocolatinas. Hoy, agradecida de haber tenido el privilegio de acercarme al pesebre en el que nace el Niño Dios, me doy cuenta de que es Navidad.



CREACIÓN DE POESÍA

Trabajamos la rima formando pareados. Hay que seguir la estructura lógica de la frase y en la medida de lo posible seguir también el ritmo. Esta actividad la vamos a trabajar de forma conjunta con  la siguiente, la del drama. Lo que vamos a proponer a los niños es que en la creación dramática que van a inventar incluyan una pequeña canción formada con pareados. Esta canción tendrá que ver con lo que se venga tratando en la obra que estén creando. Incluimos dos pequeñas canciones en el ejemplo que mostramos de creación dramática. 

Aunque hay muchos recursos para trabajar la poesía, y no es necesario que ésta rime, me he decidido por el recurso de los pareados para que puedan incluirlo en su obra de teatro.



CREACIÓN DRAMÁTICA


Proponemos la creación de un drama, una pequeña obra de teatro. Para ello deberán inventar una pequeña historia, con sus personajes a los que darán voz. Dentro de la creación incluirán una canción en la que trabajarán las rimas.


El ejemplo que les muestro es una obra pensada para representar con títeres, pues a mí me gusta como recurso educativo, pero ellos pueden elegir otro formato si desean. Esta actividad la trabajarán en grupos de cuatro.


Para dinamizar la actividad y que empiecen a fluir ideas se comenzará inventando un título que contenga algún elemento absurdo poniendo dos elementos, que no tengan que ver entre sí, en relación.  En nuestro ejemplo los elementos son “tienda” y “lunares”, una tienda que vende lunares.


Después de escribir la obra deberán realizar algunas ilustraciones con el fin de elaborar un libro que formará parte de la biblioteca de aula.


La tienda de lunares


(Teatro de títeres)





Primera escena: Una calle ajetreada con gente que va a comprar. Hay tiendas diferentes, entre ellas la tienda de lunares.

Mamá de Palucha: Vamos, vamos, Palucha no te entretengas.

La mamá de Palucha sigue caminando, pero Palucha se queda atrás mirando un escaparate. La madre se vuelve buscando a su hija.

Mamá de Palucha: ¿Palucha?  ¡¡Pero Palucha! !
Palucha: ¡Mamá, mamá!… ¡Es la tienda de lunares!
Mamá de Palucha: ¡La tienda de lunares!
La madre de Palucha se acerca a ver el escaparate
Palucha: ¡Quiero un vestido de lunares, de colores, para mi fiesta de cumpleaños! Por favor, por favor, por favor….
Mamá de Palucha: ¡Oh! ¡Qué bonito! Mira ese sombrero, ¡y ese bolso! No me vendría nada mal…
Otros transeúntes se acercan también a mirar el escaparate
Pollo: ¡Mira! ¡Plumas de lunares!
Cabezón: Pues a mí me encanta el naranja, ese  grande que parece tan suave
Palucha: ¡los rosas, los rosas!!!
Volantes: Lo que daría por tener un vestido de flamenca llenito de esos lunares tan bonitos…
Todos cantan una canción
“El maestro Pin, la señora Pon-pon, 
tienen una tienda llena de color.
Todas las variedades a precios ideales,
pintan y cosen a mano los lunares.
Puntos originales y diseños geniales,
vienen a la tienda de todos los lugares.
Si llueve o sale el sol, en cualquier ocasión,
la tienda de Pin y la señora Pon-pon “









Segunda escena: En el interior de la tienda de lunares
Señora Pon-pon: ¡Buenos días! ¿Qué desean?
Palucha: necesitamos lunares rosas, muchos… grandes, medianos y pequeños. Y también de colores para mi fiesta de cumpleaños, estos últimos blanditos por favor.
Madre de Palucha: Ese sombrero tan bonito ¿Está hecho a mano?
Señora Pon-pon: ¡Por supuesto!! El señor Pin diseña todos los lunares, los recorta y los cose él mismo. 
Madre de Palucha: Y ese bolso ¿puedo verlo?
Señor Pin: Pues claro. ¿Le gusta señora? Estos lunares son adhesivos, de forma que puede personalizar el bolso usted misma.
Madre de Palucha: ¡qué maravilla! Me llevo el bolso y el sombrero. Póngame también unos rosas para hacer un vestido a la niña. ¡Ah! y los de colores para la fiesta de cumpleaños.
Señora Pon-pon: Enseguida señora.
(La señora Pon-pon mete los encargos en una caja y se la da a la madre de Palucha)
Madre de Palucha: Muchas gracias, muy amable. Que tenga usted un buen día
Señor Pin y Señora Pon-pon: Gracias, igualmente. ¡Hasta la próxima!
Señora Pon-pon: ¿Pin?
Señor Pin: ¿Sí Pon-pon?
Señora Pon-pon: Nos estamos quedando sin cajas, deberíamos ir a la tienda de Cuadratix
Señor Pin: Iré yo mismo, hace una mañana espléndida y de paso me daré un paseo
Señora Pon-Pon: Hasta luego Pin
Señor Pin: Adiós Pon-pon





Tercera escena: La tienda de cajas. Allí están Cuadratix y su perro Escocés

Señor Pin: ¡Buenos días Cuadratix!
Cuadratix: Muy buenos señor Pin. ¿Qué le trae por aquí?
Señor Pin: Me estoy quedando sin cajas y qué mejor ocasión para hacer una visita a mi amigo
Cuadratix: Yo también me alegro de verte Pin. ¿Qué tipo de cajas necesitas?
Señor Pin: Mándame un surtido de todos los tamaños. Cuadratix, en ningún sitio he encontrado tanta variedad de cajas como en tu tienda, y de buenísima calidad ¿eh? Sin duda, es el estuche perfecto, la mejor forma de empaquetar mis lunares. 
Cuadratix: Escocés, vete a preparar el pedido del señor Pin por favor. Muy bien amigo, esta misma tarde tendrás las cajas en tu tienda.
Señor Pin: ¡qué eficacia Cuadratix! Vuelvo entonces a mi trabajo 
Cuadratix: Adiós, adiós…
(desaparece el señor Pin)
Cuadratix (murmurando): “estuche”… 
Cuadratix (imitando la voz del Señor Pin haciendo burla): “la mejor forma de empaquetar mis lunares”
Cuadratix: Algún día… algún día serán mis cajas las que se pongan de moda y la gente hará cola para comprarlas; Entonces seré yo el que vaya a tu tienda y tus ridículos lunares servirán de envoltorio para mis perfectas cajas. 






Cuarta escena: La gente haciendo cola en la tienda de Cuadratix. Todos vestidos con cajas blancas
Pollo: Hola Palucha
Palucha: Hola Pollo
Palucha: Mamá, también quiero unos zapatos de caja, como los de Pollo, mira qué bonitos
Mamá de Palucha: Aún te valen los de lunares Palucha
Palucha: ¿Estás de broma? Ya no tengo edad para esas cosas, se reirán de mí 
Cabezón: Si es que ya no se llevan, señora. 
Madre de Palucha: Bueno, es verdad que las cajas son más elegantes y discretas, pero para niños… 
Palucha (enfadada): ¡¡Ya no soy una niña!! Y voy llamando la atención con esos lunares
Cabezón: Oye Pollo, ¡no te cueles!
Pollo: ¿yo?
Cuadratix: Tranquilos, tranquilos, hay para todos… por algo nos llaman los “cajudos”. Tenemos más de 100 máquinas  trabajando sin parar y produciendo en cadena.
Cabezón: Ya pero estoy yo
Madre de Palucha: no señor, no señor, la niña lleva un buen rato en la cola…
(Todos se dan empujones)
Quinta escena: Pin-Pon jugando en la tienda de lunares
Señora Pon-pon: Pin-Pon hija, deja eso, ya sabes que a tu padre no le gusta que juegues con los lunares del trabajo
Señor Pin: Deja a la niña. Tenemos sacos y sacos de lunares que ya nadie quiere ni sabe apreciar. 
Pin-Pon: Gracias papá, a mí me gustan. De hecho ¡Me encantan!
(Pin-Pon juega a recortar, a pegar y a coser con los lunares)
(Mientras tanto entra en escena Cabezón vestido con una caja)
Señor Pin y señora Pon-pon: Buenas tardes Cabezón
Cabezón: Buenas señor Pin, Buenas señora Pon-pon, ¿Qué tal Pin-Pon?
Señora Pon-pon: Siéntese, siéntese Cabezón
(Cabezón se sienta en la silla donde estaba jugando Pin-pon y donde se ha dejado unos cuantos lunares)
Cabezón: Bueno pues esta es la oferta de la que les hablé, estoy dispuesto a quedarme con este local si ustedes deciden cerrar la tienda
Señor pin: bien Cabezón, déjenos pensarlo unos días
Cabezón: Pues claro Pin, no hay prisa
Señora Pon-pon: Gracias Cabezón, consideraremos su oferta
Cabezón (mientras se levanta con unos lunares pegados): Pues no se hable más, espero su respuesta. Adiós, adiós.




Sexta escena: la calle llena de gente, todos siguen vestidos de caja, excepto cabezón que además de caja lleva los lunares que se le pegaron en la tienda
Madre de Palucha (Al ver a cabezón por detrás): Cabezón, está usted esta mañana elegantísimo
Cabezón (sorprendido): Gracias señora
Pollo: Hace una foto a cabezón
(Desaparece cabezón)
Pollo (en una tele): pues sí han oído bien, se vuelven a llevar los lunares
(Desaparece Pollo)
Palucha: ¡quiero lunares, quiero lunares!
Madre de Palucha: Palucha…
(Desaparecen Palucha y su madre)
Aparece de nuevo Pollo  y Cabezón vestidos de caja pero con algún accesorio de lunares que les cuelga de alguna parte
Cabezón: Me encanta tu foulard Pollo
Pollo: Sí, gracias Cabezón, es un diseño exclusivo y único.  
(Aparecen Palucha y su madre ataviadas también con lunares pegados y colgando de sus cajas formando distintos diseños)
Palucha: mamá, ¿sabes que el collar que llevas se lo ha inventado Pin-pon?
Madre de Palucha: ¿Tu amiga Pin-pon?
Palucha: Ahora ayuda a sus padres en la tienda. Es la encargada del departamento de complementos.
Madre de Palucha: Pues verdaderamente son preciosos
Pollo: sí, incluso Cuadratix compra sus obras de arte para decorar sus cajas
Cabezón: Pues yo en la oficina me pongo cajas, son más formales,  pero en cuanto salgo…
Todos cantan:
“Cada cual que vista a su manera,
que lleve lo que quiera.
Con lunares, con cuadros o con rayas, 
lo que les venga en  gana.
Ser tú mismo es lo que cuenta,
disfruta cuanto puedas,
haciendo lo que te gusta
y no tengas pelusa;
Pues somos distintos y especiales
todos originales,
importante es lo que tu sientes
no lo que dice la gente.”
(Desaparecen todos los personajes)






Séptima escena: Salen la señora Pon-pon, el señor Pin, su hija Pin-pon, Cuadratix y su perro Escocés)
Voz en off: Señoras y señores, bienvenidos a una nueva edición de la pasarela Cascabeles. En este mismo momento damos por comenzada la famosa Fashion Week en la que los mejores diseñadores del mundo presentarán sus últimos trabajos y colecciones.
Cuadratix: Hola Pin, hola Pon-pon, ¿qué tal Pin-pon?
Pin, Pon-pon, Pin-pon: Hola cuadratix, hola Escocés
(Empiezan a   desfilar los personajes con distintos diseños de cajas, lunares y cajas con lunares. Se oye una música de fondo)
Cuadratix: Bonitos lunares
Pin: Bonitas cajas
Cuadratix: Me encanta tu nueva colección
Pin: Gracias Cuadratix
Pon-pon: Tus cajas son siempre perfectas, un trabajo impecable
Cuadratix: Gracias Pon-Pon
(Desaparecen el señor Pin, la señora Pon-pon, Pin-pon, Cuadratix y Escocés mientras siguen desfilando los demás. Luego vuelven a salir a escena para sumarse a la pasarela y mostrar diferentes vestidos. Se escucha la música más alta mientras desfilan. Luego salen haciendo la conga y con un cartel que dice “Fin” y se cierra el telón)
Por debajo del telón se asoma Pin-pon y tira confeti
Pin-pon: ¡Adiós!





Fin
El libro







CONCLUSIÓN


La creación literaria forma parte del aprendizaje de los niños dentro del trabajo de literatura. Desde mi punto de vista, es lo más difícil de lograr, lo más elaborado, ahí donde pueden poner a prueba todo lo que van aprendiendo en el área de lengua y literatura. También es donde se permite la creatividad, la expresividad, el mostrar y compartir con otros  lo uno lleva dentro,  lo que le importa, lo que siente… Es también un espacio de juego y disfrute.


Sin embargo esta parcela de aprendizaje a menudo queda descuidada, o no se le presta suficiente atención, o se acaba convirtiendo en una corrección de estructuras gramaticales y faltas de ortografía sin más, perdiendo toda la gracia que puede tener.

Me encanta la idea sugerida por Irune de crear un pequeño  club de lectura y de escritores en clase, así como la importancia que da a que se lean los escritos a los compañeros, de forma que reciban un aplauso y un feedback que les ayude a mejorar, pero que no esté centrado en una nota académica. Comparto también la necesidad de dedicar un tiempo semanal a trabajar la creación literaria.

Me parecen muy interesantes todos los recursos aportados en el material complementario de la asignatura. Además de contemplar los tres géneros literarios, son atractivos, variados y divertidos para los niños; Ayudan a dejar volar la imaginación y a lograr resultados bonitos de forma que los niños vean que ellos también son capaces de realizar creaciones literarias interesantes. Sin duda los incorporaré en mi trabajo.

Me ha resultado especialmente atractivo el poder trabajar la poesía con niños, y también el drama. Este último me parece que da mucho juego en cuanto a creación literaria y artística, memorización y expresión oral si se llega a la puesta en escena.

Por último, el poder recoger la creación en un libro que forme parte de la biblioteca del aula me parece algo maravilloso y un elemento muy motivador para los alumnos.



BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA


Labajo, Irune. Catálogo de actividades para la creación literaria

Labajo, Irune. El pensamiento poético en la infancia

Labajo, Irune. La gramática de la fantasía

Rodari, Gianni. Gramática de la fantasía

Mejía García, Perucho. El títere, un objeto animado en el espacio escénico. Bellas Artes, Institución Universitaria del Valle

Santagostino, Paola. Cómo contar y cuento e inventarse cientos. Ediciones Obelisco

www.makingbooks.com




5 comentarios:

  1. ¡Hola compañera! La verdad es que me han gustado mucho tus propuestas. Coincido contigo en que a veces nos centramos en corregir fallos gramaticales y ortográficos y mermamos las ganas de los niños de escribir aquello que se les pasa por la cabeza. Creo que las actividades que propones están muy bien y me parece interesante la idea de unir la creación en verso con la creación dramática, sobre todo para un curso de tercer ciclo, dónde ya tienen capacidad para mezclar varios géneros. Quizás completaría con una breve explicación del material utilizado para elaborar el cuento (la elección de materiales) y otra breve justificación de la edad elegida (10-12 años).
    Por lo demás yo lo veo muy bien ;)
    Un saludo y gracias por compartir.

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